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Blockchain y reducción del consumo: cómo la tecnología redefine el sector energético

Blockchain se perfila como una de las tecnologías más innovadoras y versátiles de nuestro tiempo, capaz de transformar profundamente todos los sectores clave de nuestra economía, incluido el energético. Inicialmente asociada en el imaginario de muchos únicamente al mundo de las criptomonedas, hoy blockchain encuentra aplicación en ámbitos mucho más amplios y cercanos a la vida cotidiana de los ciudadanos, gracias a su capacidad para garantizar la transparencia, la trazabilidad y la descentralización. En un contexto de transición ecológica, en el que el ahorro energético y la adopción de fuentes renovables son cruciales, Blockchain ofrece soluciones únicas para optimizar el consumo, reducir el despilfarro y fomentar comportamientos virtuosos.

Este artículo destaca las áreas de interés y los contextos de aplicación en los que Blockchain está teniendo un mayor impacto en el mercado de la energía del lado del usuario: desde el comercio de energía entre pares, pasando por los sistemas de incentivos basados en tokens y la gamificación, hasta el desarrollo o la renovación de prácticas anteriores de autogeneración y consumo local de energía. En conjunto, todo esto demuestra cómo esta tecnología ya está dando forma al futuro de la electricidad y el gas, para una implantación cada vez más amplia tanto entre las empresas como entre los consumidores.

Comercio de energía entre iguales: intercambio directo de energía en comunidades

Una aplicación revolucionaria de blockchain es el comercio de energía entre pares, que permite a los productores de energías renovables -como los propietarios de paneles solares- vender el excedente directamente a los consumidores, eliminando intermediarios y reduciendo costes. Este modelo descentralizado no sólo hace más eficiente el sistema energético, sino que aumenta el control de los usuarios sobre la gestión de la energía.

Gracias a Blockchain, de hecho, combinada con sistemas digitales de medición del consumo, se ha hecho posible hacer un seguimiento del propio consumo y automatizar la compraventa de energía a nivel local a través de contratos inteligentes, fomentando la aparición y sostenibilidad de las llamadas «microrredes».

Un caso emblemático, precursor de muchas de las iniciativas actuales cada vez más populares en todo el mundo, es la Brooklyn Microgrid (BMG): un proyecto que reimagina el modelo tradicional de red energética mediante el desarrollo de una red energética comunitaria. Los residentes pueden intercambiar energía renovable dentro de una microrred local, utilizando blockchain para registrar cada transacción de forma segura y transparente. Los contratos inteligentes automatizan el proceso de compraventa, garantizando un sistema fluido sin barreras burocráticas. Este enfoque no solo fomenta el ahorro energético, sino que también incentiva la producción distribuida de energía renovable.

Las llamadas microrredes y los sistemas de eficiencia de consumo compartido (como en los bloques de apartamentos) también se están desarrollando cada vez más rápido en Italia; y desde hace algunos años, se están estudiando nuevas soluciones para la gestión in situ del consumo de energía gracias al apoyo que prestan las plataformas basadas en la tecnología blockchain.

Incentivos al ahorro energético mediante fichas y gamificación

Blockchain también ofrece la oportunidad de implementar soluciones técnicas diseñadas para incentivar el comportamiento virtuoso de los consumidores. Se trata de sistemas basados en tokens que son asignados mediante mecanismos de recompensa por el proveedor de energía al usuario final, normalmente con un valor económico devuelto directamente en la factura, equivalente a una parte de la energía ahorrada por el consumidor gracias a la adopción de buenas prácticas. Estos instrumentos recompensan a los consumidores por acciones que fomentan el ahorro energético como, por ejemplo, el uso de electrodomésticos eficientes o el consumo de energía en franjas horarias más baratas, o por ciclos de consumo más cortos.

Por ejemplo, en 2019 Northern Powergrid llevó a cabo una prueba entre dos mil de sus clientes, durante la cual se incentivó a los consumidores a reducir su consumo durante las horas de máxima demanda a través de un juego móvil. El «premio» obtenido por cada usuario se gestionaba a través de tokens y podía deducirse automáticamente de su factura cada cierto tiempo. La compañía energética británica, al término de una prueba de dos años, decidió extender progresivamente esta práctica a todos sus clientes, ya que al final del ensayo los participantes habían ahorrado una media del 11% de su consumo habitual.

Incluso en Italia, una investigación de la ENEA de hace unos años muestra cómo crecen las posibilidades de aplicación y difusión de la tecnología blockchain en el sector energético, creando infraestructuras inteligentes capaces de hacer interactuar a los consumidores y promover comportamientos de consumo virtuosos; a nivel individual, pero también dentro de comunidades energéticas para el consumo de electricidad o la calefacción urbana.

Blockchain como motor del cambio en el sector energético

Blockchain, como hemos visto, está emergiendo, aunque de forma gradual, como una tecnología clave para abordar los retos de la transición energética también en las prácticas cotidianas de los consumidores.

Blockchain puede permitir soluciones que fomenten el desarrollo del intercambio de energía entre iguales dentro de las comunidades locales y las «microrredes inteligentes», gracias a la convergencia entre las tecnologías IoT para la medición y el intercambio de energía y la automatización de los pagos mediante«contratos inteligentes«. Todo esto también está transformando radicalmente la forma en que producimos energía, favoreciendo la difusión de plantas locales de energía renovable, pero también la forma en que gestionamos la energía al favorecer la descentralización de la gestión y el consumo a nivel local.

Del mismo modo, los comportamientos de consumo y nuestros estilos de vida están cambiando radicalmente y a menudo para mejor, gracias sobre todo a la adopción de buenos hábitos de consumo en la vida cotidiana. Las aplicaciones basadas en técnicas de gamificación son cada vez más una herramienta que los proveedores de energía pretenden adoptar para empujar a los consumidores a optimizar su consumo reduciendo el despilfarro. Al establecer objetivos y «retos» que superar para reducir el propio consumo, también se ayuda a los usuarios a desarrollar una conciencia de su uso de la energía, y el aprovechamiento del ahorro en la factura a través de tokens autogestionados con tecnología blockchain es un fuerte incentivo en esta dirección.

Por lo tanto, es de esperar que estas soluciones tecnológicas basadas en Blockchain se adopten cada vez más rápidamente, para permitir nuevos medios a los consumidores para reducir su huella energética y, en consecuencia, favorecer la reducción de las emisiones contaminantes derivadas de la demanda actual de energía.

Mario Melillo
ESCRITO POR Mario Melillo

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