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La inteligencia artificial está llamada a tener un impacto en nuestra sociedad comparable al de la invención del fuego, el motor de combustión interna o la energía atómica. Una tecnología capaz de transformar radicalmente los procesos de producción, los patrones de consumo y la propia forma en que trabajamos e interactuamos. Pero, ¿es sostenible esta transformación? ¿O corre el riesgo de generar más problemas de los que resuelve?
En el séptimo episodio del podcast Sostenibilidad Digital, exploramos las oportunidades y los riesgos de la inteligencia artificial, analizando sus repercusiones en tres dimensiones clave: medioambiental, económica y social.
IA y sostenibilidad medioambiental: ¿amenaza u oportunidad?
Sabemos que entrenar modelos de inteligencia artificial requiere enormes cantidades de energía. Algunos estudios estiman que un solo modelo avanzado puede generar entre 300 y 600 toneladas de CO₂, lo que es comparable a las emisiones de cientos de coches en un año.
Sin embargo, la IA también puede ser una herramienta extraordinaria para la sostenibilidad medioambiental. Los sistemas inteligentes pueden optimizar el consumo de energía en los edificios, reducir los residuos en las cadenas de producción y mejorar la eficiencia del transporte, reduciendo considerablemente las emisiones. Por tanto, la cuestión no es si la IA es sostenible o no, sino cómo podemos conseguir que lo sea.
IA y sostenibilidad económica: entre la eficiencia y la pérdida de empleo
Cada gran revolución tecnológica ha redefinido el mundo del trabajo. Ocurrió con la mecanización de la agricultura, con la robotización de la industria, y ahora está ocurriendo con la IA. Muchos temen que la automatización deje obsoletas categorías laborales enteras, pero al mismo tiempo surgen nuevas oportunidades laborales en ámbitos que antes no existían.
La verdadera cuestión es gobernar la transición. La IA debe ser un acelerador del crecimiento sostenible, capaz de mejorar los procesos sin generar nuevas desigualdades. Porque si bien hace que las empresas sean más eficientes, también corre el riesgo de concentrar el valor en unas pocas manos, aumentando la brecha entre los que tienen acceso a la tecnología y los que están excluidos de ella.
IA y sostenibilidad social: ¿progreso para unos pocos o para todos?
Otro aspecto clave es el impacto social de la inteligencia artificial. Algoritmos cada vez más sofisticados toman decisiones que afectan a nuestra vida cotidiana: desde la concesión de una hipoteca hasta el acceso a un puesto de trabajo, pasando por la gestión de los recursos sanitarios o la optimización del tráfico urbano. Pero, ¿hasta qué punto son transparentes estos algoritmos? ¿Hasta qué punto son justos?
La IA puede contribuir a una sociedad más integradora, por ejemplo mejorando la accesibilidad a los servicios públicos y apoyando a las personas con discapacidad. Pero si no se regula, también puede reforzar los prejuicios discriminatorios, amplificar las desigualdades y crear nuevas formas de exclusión.
No es una cuestión de tecnología, sino de opciones.
La inteligencia artificial no es ni buena ni mala. Es una herramienta poderosa, cuya sostenibilidad depende de cómo decidamos utilizarla. Si se gobierna con responsabilidad, puede convertirse en un aliado extraordinario para afrontar los grandes retos de nuestra era. Si no se regula, corre el riesgo de convertirse en un factor desestabilizador.
En el séptimo episodio de Sostenibilidad Digital abordamos estas cuestiones, tratando de responder a una pregunta clave: ¿podemos hacer de la IA un motor de sostenibilidad?
🎧 Escucha el episodio en las principales plataformas de streaming y continúa siguiéndome en este viaje al corazón de la sostenibilidad digital.
